Felipe creía que el cabello no era importante en una relación, hasta que su novia lo dejó por alguien con más “flow”, alguien con una melena que él sentía que él no tenía. Esa experiencia le dolió profundamente y afectó su confianza y su percepción de sí mismo. Sin embargo, en lugar de hundirse, decidió hacer algo para mejorar.
Eligió la micropigmentación capilar para transformar su imagen y, más que un cambio estético, lo que encontró fue una lección de seguridad personal. A través del tratamiento, su cuero cabelludo recuperó densidad y un aspecto uniforme, lo que le devolvió la autoestima y lo hizo sentir más atractivo.
Actualmente, su ex pareja le escribe para “hablar”, pero Felipe sabe que lo importante no es esa relación pasada, sino la confianza que ha ganado en sí mismo. Sabe que su valor no depende del cabello, pero también sabe que cuidar su imagen impacta directamente en cómo se siente y cómo lo perciben los demás.
Su mensaje para quienes sufren calvicie es claro: la seguridad personal se contagia y es la mejor carta de presentación que uno puede tener. La micropigmentación fue para él una herramienta para recuperar algo que siempre estuvo dentro, solo que escondido por inseguridades.
¿Y tú? ¿Le vas a demostrar lo que se perdió o vas a quedarte igual?